La violencia de género también afecta a las defensoras de los derechos humanos. Así lo demuestra esta cifra: 15 mujeres han sido vulneradas por su actividad en defensa de los derechos humanos entre los años 2017 y 2018. Los ataques fueron registrados por el registro de incidentes de la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos (CNDDHH). 

En el 2017 se reportaron 4 incidentes a defensoras de un total de 23 (incluido varones), mientras que en el 2018 estas vulneraciones se incrementaron a 11 de un total de 25. Los ataques señalados son de diferente naturaleza. Desde acoso cibernético y difamación hasta estigmatización y violencia física.

“Estas cifras dan cuenta de las situaciones de acoso hacia las defensoras. Aparte de los ataques conocidos también está la criminalización de la protesta”, dice Johana Asurza, responsable de capacidades de protocolo de defensoras y defensores de la CNDDHH.

En el reciente informe Valiente, presentado en Lima por Amnistía Internacional en julio del presente año, se precisa que las defensoras de derechos humanos provienen de diferentes escenarios: comunidades indígenas, activistas ambientales, derechos de la población trans, entre otros grupos.

“(Es necesario) un mecanismo de protección diferenciado porque es importante que las mujeres defensoras tengan un rol para que decidan qué tipo de protección necesitan ante los ataques y las amenazas que reciben diariamente”, señala Marina Navarro, directora ejecutiva de Amnistía Internacional.

Durante la presentación del informe se escucharon algunas voces que representaban a varios sectores de las defensoras de derechos humanos. La activista y abogada Katherine Paucar cuenta que en las regiones de Perú se viven ataques a defensoras de DD.HH. en los conflictos socioambientales. “Se está criminalizando la protesta social”, alerta.

Además, Paucar explicó que esta criminalización se expresa mediante el abuso del derecho penal en los procesos judiciales que extienden por años los juicios. Eso afecta la vida familiar de la defensora. “La sociedad y la familia le reclaman a la mujer el por qué no estuvo en casa cuidando a sus hijos”, expresó la abogada.

de izquierda a derecha: sandy sussel, activista y defensora; melania canales, onamiap; katherine paucar, abogada y activista; marina navarro, amnistía internacional; leyla huerta, féminas perú.

La violencia hacia las defensoras también sucede con la activistas pro derechos LGTBI, como Leyla Huerta, presidenta del colectivo en favor de la población trans, Fémina Perú. “Las mujeres trans somos el grupo más estigmatizado de las mujeres. La ley de igualdad de género es un avance, pero solo es el comienzo”, comentó.

Por su parte, Melania Canales, presidenta de la Organización Nacional de Mujeres Indígenas Andinas y Amazónicas del Perú (Onamiap), habló en representación de las mujeres campesinas que defienden su territorio durante los conflictos socioambientales.

“Nuestra lucha es dentro y fuera de la organización”, precisó Canales, quien se refirió con esta frase a que los varones comuneros las discriminan en el momento de tomar decisiones en la asamblea comunal. Por eso fue tan difícil aplicar la cuota de género de 30% en sus juntas directivas, agregó.

¿Cómo se puede cambiar esta situación?

De acuerdo con Marina Navarro, directora de Amnistía Internacional, para poder cambiar este panorama es necesario desarrollar y ejecutar lo que se había señalado en el protocolo de defensa de defensores de derechos humanos del plan nacional. Dicho protocolo fue aprobado y publicado en mayo de este año.

Es un plan general que dice que debe haber un mecanismo, pero no lo desarrolla. Creo que es necesario que el mecanismo que se implemente sea diferencial. (En el caso de mujeres defensoras) son muchos más ataques hacia su sexualidad, hacia el rol que les atribuye la sociedad patriarcal, hacia su familia”, detalla Navarro.

Para el director general de la Dirección de Derechos Humanos del Ministerio de Justicias y Derechos Humanos, Edgardo Rodríguez, indica que el primer paso hacia este mecanismo es la elaboración de un registro de incidentes, similar al de la CNDDHH, pero más completo.

El gran problema que tiene el país y es parte de la confusiones de algunos sectores es que no tenemos data oficial de la afectación a las personas defensoras. En el plan nacional de derechos humanos habíamos establecido como una meta para este año del 2019 la elaboración de un registro de situaciones de riesgo. La primera semana de agosto tenemos previsto convocar a las organizaciones de la sociedad civil y ministerios al proceso de inicio de la elaboración del registro de situaciones de riesgo”, detalla.

¿Quién es una defensora de derechos humanos?

Para que los mecanismos de protección a las defensoras de derechos humanos se ejecuten se debe superar un obstáculo, en opinión de Rodríguez: el perfil de una defensora de los derechos humanos.

En el informe Valiente se señala que las defensoras de derechos humanos “son personas que, a título individual o colectivo, trabajan para hacer realidad los derechos recogidos en la Declaración Universal de los Derechos Humanos y en las diversas normas que desarrollan la declaración. Conciben como principio el ser iguales en dignidad y derechos, sin importar el género, la raza, la etnia o cualquier otra condición”.

Si bien desde el Minjus se está de acuerdo con este concepto, también quieren agregar a las mujeres promotoras de los derechos de la mujer que laboran en el Estado. “A veces entendemos que la defensora no está necesariamente vinculada con el Estado. Hay que aclarar el concepto y asumir que no es necesariamente la idea de defensora una persona que sea netamente de la sociedad civil u organización comunitaria, sino que también puede implicar su acción de promoción de derechos vinculada al ámbito estatal”, aclara Rodríguez.

Ataques a nivel mundial

En 10 de enero del 2019 el relator especial sobre la situación de las defensoras de los derechos humanos, Michel Forst comunicó a la Comisión de Derechos Humanos de Naciones Unidas los riesgos y obstáculos adicionales relacionados con el género en la defensa de los DD.HH.

“Las mujeres no suelen ser consideradas agentes de cambio, sino víctimas vulnerables o personas que necesitan la protección de otros, por lo general hombres. Los derechos de las mujeres a promover y proteger los derechos humanos siguen siendo cuestionados por quienes creen que las mujeres no tienen esos derechos o que solo deben luchar por ellos de manera limitada y circunscrita”, se señala en el informe global que recoge comunicaciones con defensoras de más de 60 estados.

Frost afirmó que para que las mujeres puedan seguir ejerciendo su labor de defensoras deben gozar de un entorno seguro y propicio para ejercer sus derechos. Sin embargo, esta protección no debe restringirse a lo físico, sino también al Internet porque muchas activistas son acosadas virtualmente.

“Durante todo este proceso deben participar las mujeres. Debe participar quien será protegida”, dijo Marina Navarro.


Foto de portada: Amnistía Internacional.